jueves, 5 de junio de 2008

Un agujero por donde se me escapa el aire


No sé cómo he llegado a esta situación, sólo sé que me falta el aire, desde hace nueve años.

Hay tantas cosas por las que me gustaría volver atrás en el tiempo..., hay tantos pasos que no daría por estar equivocados...

Soy un hombre maltratado. Lo admito. No un calzonazos, no. Un hombre maltratado. Psicológicamente, eso sí, pero maltratado al fin y al cabo. Puede parecer extraño, cuando es la mujer la que tiene más estadística al respecto, pero para mi no lo es. Llevo mucho tiempo soportando vejaciones verbales ("tú eres idiota", "me das asco", "no haces nada bien", "eres un inútil", y un sin fin de etcéteras...) que duelen. Duelen en el alma, en el cuerpo... Esas mariposas que sentía en el estómago cuando la miraba, al principio, se han convertido en alarmas cada vez que la veo o se me acerca, porque no sé con qué me va a hacer daño cada vez. Me levanto y sacando al perro me pregunto por qué se enfadará conmigo ese día. Y da lo mismo que yo me esfuerce en hacer las cosas bien, siempre hay algo que le molesta y me lo hace saber, vaya que si lo hace.

¿Y por qué no te largas? Es la gran pregunta, pero hay una gran respuesta: porque no tengo dónde caerme muerto, y ella lo sabe. Mis padres viven a cientos de kilómetros cruzando el mar, y sería peor no poder ver cada día a mi hija, que al fin y al cabo empieza también a tratarme como la madre. Es deprimente, y así estoy, con depresión. Aún no he llegado al punto de no saber si estoy deprimido o no; lo estoy, lo sé. Me tiemblas las manos, tengo ataques de ansiedad a diario (me quedo sin aire y me duele el pecho, y no es de fumar).

Siento que no tengo salida, y pienso en el suicidio a diario, pero si soy un cobarde para enfrentarme con ella, aún lo soy más para enfrentarme a la muerte, así que pienso de diario en formas indoloras de suicidio. Incluso lo he buscado por Internet, pero no encuentro lo que busco, o simplemente me aterra que no salga bien y me asfixie, o me duela el hígado, o, o, o..., en fin, eso.

Me conocéis, la mayoría, porque durante mucho tiempo he tenido en marcha un blog con mucho éxito, en el que he decidido dejar de escribir. Simplemente no tengo ánimo para hacerlo. Mi mujer trabaja conmigo (es mi jefa) y me tiene constantemente vigilado y apabullado, por lo que me cuesta mucho hacer cualquier otra cosa que no tenga reservada para mi. Me ahogo, además, en un mar de soledad. No tengo amigos aquí, y los que me quedan allí apenas saben nada de mi. ¿Qué voy a contarles? También son amigos de ella, sobretodo lo son de ella.

He tirado la toalla. Sé que ya no hay solución, y sólo pienso en la forma de escaparme de esto, de desaparecer. Ojalá fuera posible. Fácil..., no lo es. No tengo dinero (ella lo maneja y me recrimina hasta el café de cada día). No sé qué hacer, no encuentro la salida, y no tengo con quién hablarlo. Con quién desahogarme. Por eso este blog. Porque necesito sacarlo fuera. No sé quién me leerá, no lo sé. Ni espero consejos de nadie (no es que no los quiera, ojalá alguien me pudiera dar alguno). Sólo es que no creo que la gente tenga pocos problema como para encima cargar con los míos, un desconocido...

Lo que sí espero es que compartáis, si queréis, si estáis en la misma situación que yo, si alguien es capaz de solidarizarse conmigo... No puedo denunciarlo.